El espacio
En el interior, los niños disponen de tres espacios diferentes:
- el espacio cocina y manualidades, donde se hace el chapati por la mañana con harinas bio de calidad compradas localmente, y donde los niños se entregan al dibujo, la pintura, la costura y otras actividades apasionantes sentados en mesas a su altura;
- la sala tranquila con jarapas en el suelo (mantas típicas de por aquí) para actividades tipo puzles, perlas, casa de muñecas, y un rincón lleno de cojines para la lectura de cuentos;
- la sala de los colchones donde los niños pueden saltar, hacer volteretas, esconderse en cabañas y “cuevas”!
El jardín es un espacio amplio con una zona de tipis, una zona de juego con agua y barro, un arenero, una mesa para el desayuno, y, en el centro, un gran “barco pirata” de madera construido por los padres, con un tobogán, un columpio, una red de ramas para trepar, un muro de escalada para llegar a la parte de arriba del barco, y por debajo una cocinita muy linda con multitud de frascos y semillas.
Alrededor, una vista increíble a la montaña…!
Algunas fotos de los espacios:
Cómo funcionamos?
Abrimos 4 mañanas a la semana, de lunes a jueves, de 9:30 a 14:00. Un día a la semana, vamos de excursión con los pequeños, y otro día salimos con los mayores: nos vamos por los campos más abajo, cruzando acequias y bajando terreras hasta llegar al segundo “barco de piratas”, esta vez totalmente natural, en forma de una higuera gigante. Alguna vez llegamos al río Bermejo de color oro, o a una alberca en desuso que ofrece multitud de posibilidades de trepar, saltar y esconderse.
Los grandes tienen otro día en la naturalez, que aprovechan para descubrir otros rincones de los alrededores, subir al pueblo cercano de Capilerilla, o perderse por las calles y callejuelas del casco antiguo. Este día está también dedicado a la iniciación a la lecto-escritura.
Para fotos de las excursiones, ver este artículo.
Los viernes, los niños pueden disfrutar del mercado de fruta y verdura semanal en la plaza principal del pueblo (Pitres), andando o manejando sus bicis libremente entre los puestos ya que no pueden entrar los coches. Allí aprenden a manejar monedas “de verdad”, compartir con la gente del pueblo, comprar piedras preciosas para los más aficionados, subir a la plaza de la iglesia para tomar el yogur de leche de cabra que les regala muy amablemente la quesera…
Algunas fotos del mercado:
Para saber más sobre nosotros:
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