Así terminamos el año escolar: estudiando los caracoles a través del juego y el contacto, dejándolos correr por la cabeza o preparándoles un jardincito con hojas y tierra…
Porque así es como se alimenta la pasión: con el juego y la experimentación directa.
Aquí os dejo con unas fotos, que me inspiraron esa pequeña poesía:
Los niños nacen felices,
Apasionados,
Aventureros,
Desencadenados (¡“sin cadenas”!)
Tienen una sed inmensa de aprender,
Descubrir,
Comprender
Ese universo que les rodea
La mejor maestra del mundo
¿Si acaso no es Madre Naturaleza?
Con quien todos, sin excepción,
Tienen tan buena relación
Y es normal: Madre Naturaleza les da todo,
Terreno de juego y exploración,
Fuente inagotable de inspiración,
Ella despierta toda la pasión
Miradles, amorosos, sin prejuicios,
Una caracola abriéndose camino
En sus cabezas despeinadas,
Unas mariposas domesticadas
Con los ojos húmedos, los observo,
Me acerco de nuevo a lo maravilloso
Me vuelvo a acordar cuan cerca está
De nosotros la felicidad.