Los bichos: cuánto nos gustan los bichos, sobre todo a los niños.
Se pueden pasar horas viendo como las hormigas transportan su comida al hormiguero, persiguiendo y cazando mariposas, cogiendo bichos bola y observando cómo se enrollan y se despliegan.
Pero hay bichos que nos gustan menos, y que necesitamos eliminar si queremos vivir en paz.
El año pasado, fue el caso con las pulgas, que infestaron los locales de la “escuelita”, y nos obligaron a posponer la apertura de las puertas a principio de año, para poder vaciar y limpiar el espacio entero.
El carnaval 2019 fue una oportunidad para celebrar nuestra victoria tras varias semanas de dura lucha contra esta plaga.
Este año, el bicho no deseado que se invitó a la “escuelita” fue otro, y llegó por otra vía: la cabeza de los niños.
Cómo bien lo habéis adivinado, la plaga del año escolar 2019-2020 ha sido el piojo!
Pasados varios meses de lucha más o menos intensiva, de falsas victorias, de momentos de alegría interrumpidos una y otra vez por la reaparición del bicho en una u otra cabeza, por fin encontramos una doble solución que, hasta ahora (¡seguimos cruzando los dedos!), parece haber levantado el estado de guerra:
- La primera fue una coordinación muy estrecha entre todas las familias para controlar y quitar los piojos de las cabezas: todos el mismo día, cada 3 días.
Sabiendo que las liendres eclosionan a los 7 días, quitaríamos así los piojos adultos antes de que tuvieran tiempo de poner huevos nuevos.
Y teníamos así la certeza que a las 2 semanas, no habría más piojos ni liendres en las cabezas, salvo por supuesto si entrara alguno de fuera de la “escuelita”. - La otra medida fue el uso de vinagre y/o de jabón negro, que facilitó el trabajo de eliminación con la lendrera. Haciendo un champú con estos productos, los piojos se quedaban atontados (o incluso muertos) y no salían huyendo entre los pelos en cuanto veían acercándose el peine a la cabeza.
Como lo podréis ver en las fotos aquí abajo, el carnaval de este año ha sido otra ocasión de celebrar el final feliz de la batalla: mientras que Dani, con un dron en la cabeza (un guiño a su nuevo proyecto de reforestación), intenta diseminar piojos por las cabezas de los niños corriendo en todas direcciones, Paula, la matadora de bichos, los persigue con un insecticida a base de agua y hierbabuena en la mano.
En fin, un buen día con muchas risas bajo un sol anunciador de la primavera!